Columna de opinión: "Presupuesto y regla fiscal", por Daniel Valenzuela

Publicado el Tuesday, October 7, 2025

"En tan solo quince años, la deuda pública ha escalado de manera inaceptable, acercándose peligrosamente al límite máximo recomendado por el Consejo Fiscal Autónomo."

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En 2001, el presidente Lagos instauró la regla fiscal, una política fiscal que ha sido reconocida internacionalmente. Esta norma crucial establece que durante los periodos de bonanza (vacas gordas), debemos ahorrar los ingresos extraordinarios para utilizar esos recursos en tiempos de escasez (vacas flacas), evitando de esta manera el endeudamiento del país para cubrir déficits. Es un principio simple: como en cualquier familia, si hay oportunidad de ahorrar, se debe hacer, y esos ahorros son esenciales cuando las finanzas no van bien.


La regla fiscal fija un déficit estructural máximo de 1,1 % del PIB. Entre 2010 y 2019, mantuvimos este indicador a raya, pero el gobierno actual ha decidido aumentarlo al 2 % del PIB, acumulando un déficit adicional de 14.000 millones de dólares en los últimos años. 


En tan solo quince años, la deuda pública ha escalado del 9 % al 43 % del PIB, acercándose peligrosamente al límite máximo recomendado por el Consejo Fiscal Autónomo, que es del 45 %. Esto es inaceptable: actualmente desembolsamos alrededor de 4.500 millones de dólares anuales solo en intereses de la deuda, cifra equivalente a dos tercios del costo de la Pensión Garantizada Universal o a la construcción de más de 200.000 soluciones habitacionales.


Este asunto no se trata de un debate ideológico, sino de una responsabilidad republicana que exige soluciones inmediatas y una mayor fiscalización por parte de nuestros parlamentarios. Me comprometo a hacer cumplir la regla fiscal, a explicar a la ciudadanía su importancia y a señalar a quienes están hipotecando fiscalmente al país. 


Por último, es alarmante que desde 2024, el gobierno haya incumplido la regla fiscal en 5.000 millones de dólares. En 2025, la desviación podría alcanzar los 6.700 millones, y para 2026, según expertos, podría llegar a 10.000 millones. La razón es evidente: se espera financiar gastos futuros sobre la base de ingresos que, al final, nunca se materializan. En otras palabras, abusan de las vacas gordas y, en lugar de alimentarlas, nos están llevando a una deuda sin precedentes como gobierno.


Columna de opinión  

Daniel Valenzuela 

Candidato a Diputado